La tormenta estremecía los oídos,
en las demás prisiones oía los lamentos,
solo un minuto sentí la tranquilidad,
trate de gritar y ninguno de ellos me oían,
no se si era la tormenta o simplemente que no les importaba,
sin embargo un pequeño dolor sentí en mi espalda,
todavía no sanaba la herida,
que por culpa de ella estaba aquí encerrado,
solo trataba de hacer lo incorrecto por una sola vez,
y logre quedar mal en el minuto de tranquilidad.
en las demás prisiones oía los lamentos,
solo un minuto sentí la tranquilidad,
trate de gritar y ninguno de ellos me oían,
no se si era la tormenta o simplemente que no les importaba,
sin embargo un pequeño dolor sentí en mi espalda,
todavía no sanaba la herida,
que por culpa de ella estaba aquí encerrado,
solo trataba de hacer lo incorrecto por una sola vez,
y logre quedar mal en el minuto de tranquilidad.
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